Good Morning Mr. Forgiveness

Hoy, he roto todas tus cartas. Todas la que me hacían suspirar, las que me emocionaban y las que leía continuamente noche tras noche. Las he roto, y con mi vena artística he tomado fotos de los pedazos restantes, he corrido a mi portátil y me he puesto a escribir. Hoy falta casi una semana para que se cumplan 2 años de ese día… Podría decir que te extraño, pero no sería cierto. Nunca voy a negar que lo que he vivido contigo ha sido algo mágico, de lo que nunca podré olvidarme y por supuesto, nunca podré decir nada malo de ese corto pero intenso periodo de tiempo a tu lado. Por eso, tras romperlas, he llorado. Pero no como antes lloraba, por rabia o por odio al amor, qué va. He llorado de felicidad, me he dado cuenta de que soy capaz de superarme a mí misma, que soy capaz de decir ‘hasta aquí’. Es un hecho insignificante, eso de romper dos cartas mal escritas, con muchas faltas de ortografía y una presentación pésima, pero para mí, no me preguntes por qué, ha sido un momento muy extraño. Me he sentido bien al poner fin a nuestros recuerdos. Me he sentido realmente bien. Como he dicho antes, no voy a recriminarte nada. Podría, pero no lo haré. Has creado a una Elena más fuerte, gracias a ti, a tu forma de comportarte, a la forma de no valorarme. Gracias. Gracias por haberte portado así conmigo. De verdad, no es sarcasmo. Me has hecho darme cuenta cuanto valgo, me has hecho comprender que hay gente que me valora muchísimo más que tú me valorabas. Una de tus cartas decía: ‘Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida’ y ¿sabes qué? A lo mejor es verdad. Puede ser que yo haya sido lo más bonito que te ha pasado en la vida, pero no lo creo. Hay algo que se llama intuición femenina, ya que por lo menos yo, cuando tengo algo bonito, tanto que me atrevo a decir que es lo más bonito de mi vida, me dedico a cuidarlo, a mimarlo… Te hablaré de una forma que puedas comprenderlo. Con mi cámara por ejemplo. Yo puedo decir que mi cámara es algo que adoro. Por eso, le limpio las lentes todos los días. Le quito el polvo al sensor después de utilizarla. La agarro con fuerza, pero sin apretar demasiado. No creo que me entiendas. Al fin y al cabo, nunca has tenido una cámara. Pero estoy segura, que quien tiene algo a lo que se atreve decir que es lo más bonito de su vida, me ha entendido perfectamente. Ahora, saca tus propias conclusiones, que eso se te da genial.